Piezas realizadas en gres refractario y raku vidriado.
Sé, que no todos los que vagan están a la deriva,
y que bajo el oscuro campo de estrellas y el gran silencio de la tierra,
quieto el mar, las piedras atentas… algo sagrado protege el mundo.
El hombre está todo entero en su alma, y todo lo que ocurre
viene de las fuentes profundas del destino.
Nací con la inocencia de las cosas,
con la fragilidad de lo que siento, miro dentro de mi
y cuando miro dentro, todo se ilumina…
Veo la belleza en lo que miro,
crezco y resplandezco en el inmutable centro de mi ser.
He encontrado mi hogar en el silencio,
y en ese silencio tal vez aprenda aún
lo que nadie, lo que ningún lugar, ningún acto, ningún arte,
pudo enseñarme.
Guerrero en este camino en busca de la luz, no me pertenezco.
A veces temo…pero aún teniendo dudas y en el corazón, miedo,
no puedo desoír esta llamada de mi origen de criatura divina,
a la que no puedo renunciar.
Me toca el roce de un viento........ me transporta a un largo sueño.
El sueño de las Devas, que viaja entre los astros por rutas infinitas,
y me conduce hasta los portales que llevan al otro lado,
a los confines de la tierra y a la fabulosa infinidad de los comienzos,
donde encuentro un espacio para mi alma.
Devas o “espíritus de la tierra”, son seres protectores que habitan y gobiernan la naturaleza apoyando la evolución del planeta.
Originalmente el termino Deva significa ‘celestial’, derivado a su vez de la raíz “diw" en sánscrito, que significa ‘brillar’
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